29 diciembre 2009

Death, I'm not ready

En estos días pretendía retomar el blog para seguir con la no-tradición de escoger y comentar mis discos preferidos del año anterior (del anterior del que termina; del 2008 en este caso, vaya). No sé aún si a modo de actualización puntual, canto del cisne o retorno a las buenas costumbres.

Pero en esto, va y se nos muere Vic Chesnutt, y puntuar, clasificar y valorar música en la que seres como él se dejaron la vida y las entrañas parece menos divertido, más pueril y más estúpido. Si se me permite la incoherencia con lo apenas escrito, afirmaré que su anterior disco, el ya alabado por aquí North Star Deserter, me parece hoy más que nunca una de las obras que definen la década musical que termina; al menos, la mía. En este 2009, nos regaló dos discos desiguales, algo más irregulares, pero únicos, hermosos, dolorosos y ásperos, como todo en la vida de Vic Chesnutt.



El mejor resumen de su vida, impietoso, seco, sardónico e ilusionado, lo escribió él mismo aquí. La palabra coma aparece cuatro veces, no llegó a escribir una quinta.


Supongo que ahora sí estabas listo, Vic. Gracias por la música.

1 comentario:

Anónimo dijo...

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