22 diciembre 2007

Caro Antonioni

"Creo que estoy aquí para decir cómo su obra, más allá del cine, implica a todos los artistas del mundo contemporáneo: trabaja usted en hacer sutil el sentido de lo que el hombre dice, cuenta, ve o siente. Y esa sutileza del sentido, esa convicción de que el sentido no se agota groseramente en la cosa dicha, sino que va siempre más allá, fascinado por el sinsentido, es, considero, la de todos los artistas cuyo objeto no es esta o aquella técnica, sino ese objeto extraño, la vibración. El objeto representado vibra, en detrimento del dogma. Pienso en las palabras de Braque: "El cuadro está terminado cuando ha borrado la idea". (...)
¿Por qué es decisiva esta sutileza del sentido? Precisamente porque el sentido, en cuanto está fijado e impuesto, en cuanto deja de ser sutil, se convierte en un instrumento, un mecanismo del poder. Darle sutileza al sentido es pues una actividad políticamente secundaria, como lo es todo esfuerzo que pretenda desgastar, problematizar o desactivar el fanatismo del sentido."

Roland Barthes, Caro Antonioni. Texto en ocasión del homenaje a Michelangelo Antonioni en Bologna, 1980.

Texto íntegro en italiano y portugués.

20 octubre 2007

David Thomas Broughton

David Thomas Broughton es un guitarrista y cantante inglés, con barba desaliñada y pintas de profeta o de lunático. Su primer disco, The Complete Guide to Insufficiency, lo grabó en un día en un iglesia, con esa voz de monje benedictino atormentado que ahoga la letanía acústica de su guitarra. Es el mismo estilo que reencontramos en su segundo disco, o en las recientes colaboraciones con la banda experimental inglesa 7 Hertz o con Chris Casati.

Sin embargo, nada da una idea de lo que consigue cuando se sienta con su guitarra enfrente del público. Broughton utiliza un pedal de loop para grabar y reproducir los acordes de su guitarra, su propia voz, y los sonidos que realiza con el cuerpo, con el micro o con pequeños objetos que lleva en los bolsillos. De la nada surgen composiciones con dos o tres melodías de guitarra que se superponen, distintos juegos de voces, percusiones.

DTB le cuenta un secreto a su guitarra, en el Auditori, PS'07.

Pero, a diferencia de lo que sucede en artistas similares que trabajan con loops, bases pregrabadas o múltiples instrumentos para construir complejos universos armónicos a partir de elementos aparentemente discordantes – Matt Elliot y su Third Eye Foundation -, el interés de los directos de Thomas Broughton no reside ya en las canciones que surgen de la superposición de sonidos (que es lo que luego queda registrado en sus discos) sino en el proceso mismo de construcción y creación. En ese sentido, su trabajo tiene más de teatral que de estrictamente musical: con sus perfomances - que intercalan lo solemne y lo grotesco, la tragedia y la parodia- juega más con las paradojas espaciales y temporales de la representación escénica que con los acordes o melodías de la música.

La única vez que lo he visto actuar se dio cabezazos con la guitarra, marcó los ritmos tirando las zapatillas al suelo, se puso a correr entre el público boquiabierto del Auditori, golpeando las butacas y aullando, mientras su voz y su guitarra resonaban fantasmales desde ninguna parte, y repiqueteaban aún los dados de madera que había dejado caer minutos antes en el escenario. El domingo 28 estará en Vigo, acompañando a Litius y The Sea and Cake en el primer día de la estación de otoño de Sinsal. Acompañantes y/o nuevos acólitos son bienvenidos.

16 octubre 2007

Shelter from the Storm

Por pura rutina me paso por el blog, tras un montón de tiempo sin escribir ni controlar si alguien ha dejado comentarios. Compruebo sorprendido en las estadísticas de visitas que seis personas distintas, entre ellos un chileno y un andorrano, se han pasado hoy por xanaz. Tres de mis visitantes llegaron buscando, respectivamente, un afilalapices, un salmón cojo y un test prematrimonial. La necesidad de consejo y cobijo en el ciberespacio resulta tan abrumadora que, una vez más, decido volver.





12 septiembre 2007

Mon oncle

Meu tío ten madeira de poeta haiku e un güerto anarquista:

eu busco un lugar no que,

cando chegue o meu corpo,

atope á miña alma,

que xa estaba aló.


Xosé Marra, xuño de 2005 e setembro de 2007.

Desvelos

Anoche no conseguía dormir. Cogí por la mitad una película de Rohmer y la dejé al rato, angustiado por la suerte de los personajes. Manoseé más que leí un par de novelas de la biblioteca a las que no termino de engancharme. Atraqué la nevera, me sentí culpable, volví a atracar la nevera.

Vi de nuevo en el ordenador la primera parte del mastodóntico documental sobre los años mozos de Dylan, empecé a descargar mentalmente discografías completas de viejas glorias folk de los cincuenta. Apagué la luz, imaginé derechas y reveses en un partido de tenis eterno (las ovejas me ponen nervioso). Encendí la luz.

Me puse a hojear la sección de postres de un libro de cocina italiana. No hallé nada de interés, pero hacia las cuatro y cuarto de la mañana me dormí al fin, imaginando un semifreddo de queso con peras confitadas y pimienta verde aromática. Tal vez algún día será el digno colofón a esos gnocchi de patata con ragout de conejo y negras aceitunas que sueño con volver a saborear, cocinados esta vez por mi propia mano.


Pero eso, amigos, será después.


17 agosto 2007

Múm

Esto son seis o siete islandeses que se meten en un seiscientos, que luego se transforma en una especie de salón, y aparecen instrumentos y algo que parecen juguetes de plástico y, bueno, así acaba la cosa.



Verdades aún

" Aquello que habitualmente se dice, que la vida es una representación teatral, se demuestra sobre todo en esto, en que el mundo habla constantemente de una manera y actúa constantemente de otra. Siendo hoy todos actores de tal comedia, ya que todos hablan de esa manera, y casi nadie espectador de la misma, pues el vano lenguaje del mundo ya sólo engaña a los niños y a los memos, la representación se ha convertido en algo completamente inútil, esfuerzo y fatiga sin motivo.

Sin embargo, sería una empresa digna de nuestro siglo transformar la vida finalmente en un acto verdadero y no fingido, conciliando por primera vez en el mundo la famosa discordia entre dichos y hechos. Ésta, puesto que la experiencia adquirida nos demuestra que los hechos son inmutables, y no conviene que el hombre se afane en pos de lo imposible, habría de armonizarse a través de ese medio que es a un tiempo único y sencillísimo, aunque nadie hasta hoy lo haya puesto en práctica: esto es, trocar los dichos, y llamar por una vez a las cosas por su nombre."

Giacomo Leopardi. Pensieri.




En la imagen: fotograma de Un silenzio particolare, Stefano Rulli, 2004.

(Esta noche empiezo con los subtítulos).

04 agosto 2007

31 julio 2007

Michelangelo Antonioni

Michelangelo Antonioni falleció ayer, pocas horas después que su colega sueco, a los noventa y cuatro años de edad, en su casa de Roma.

30 julio 2007

Lienzos y fantasmas

"La afinidad entre las imágenes cinematográficas y los fantasmas del espectador no está en modo alguno garantizada. Pero cuando el azar la concede a un nivel suficiente, la satisfacción – o la sensación de un pequeño milagro, como la pasión amorosa en el momento en que es correspondida – deriva de un cierto efecto, particularmente raro, que puede definirse como la ruptura provisional de una soledad común."

Marc Augé. La guerra de los sueños.


En la imagen: Harriet Anderson en Un verano con Mónica. Ingmar Bergman, 1952.


Ingmar Bergman

Ingmar Bergman ha muerto hoy, a los ochenta y nueve años, en la isla de Faarö.

29 julio 2007

Apatía

(Del lat. apathīa, y este del gr. ἀπάθεια).

1. f. Impasibilidad del ánimo.

2. f. Dejadez, indolencia, falta de vigor o energía.

17 julio 2007

Efigies y montañas

No recuerdo cuando empecè a considerar la escritura como una forma de sufrimiento. Podría no complicarme la vida, recurrir a Miguel Angel, y explicar que escribir es como hallarse delante de un bloque informe de mármol e intuir una forma en su interior: una forma preexistente que espera sólo (sólo?!) que alguien agarre un cincel, se remangue, y con esfuerzo y paciencia elimine lo superfluo hasta extraer el corazón delicado de la piedra, descubriendo una efigie que el artesano no podrá siquiera reclamar como propia, pues la efigie misma lo ha precedido y guiado en su trabajo.


Pero, en realidad, escribir es para mí como hallarse al pie de una montaña. Desde allí es posible contemplar la cima, distante y entre las nubes. Sabemos que está lejos, que será necesario un lento avance hasta conquistarla, pero todo esto lo sabemos de un modo abstracto e inconcreto. Desde abajo trazamos mentalmente un camino seguro hasta la cumbre; sin embargo, una vez que empezamos a caminar, la mirada se vuelve hacia el suelo y se concentra en cada uno de los guijarros del camino que serpentea. Mientras subimos fatigosamente, sollozando a cada paso, no parece que las piedrecillas del sendero guarden relación alguna con el trazado límpido que en nuestra imaginación nos conducía hasta lo alto de la montaña.

Nada de esto describe sin embargo lo que verdaderamente me sucede al escribir. Si acaso, lo más parecido sería descender en bicicleta – una de esas bicis resistentes, con amortiguadores y todo – por la ladera de una colina. Mientras estamos arriba y el viento nos refresca el rostro, la bajada parece una simple cuestión de voluntad: torcer a la derecha en vez que a la izquierda, escoger ese u otro sendero. Una vez que uno se lanza, y a medida que adquiere velocidad, todo se vuelve a la vez más sencillo y más confuso. Descendemos de prisa, de eso no hay duda, pero los atajos y las rutas que pensábamos seguir van quedando a la espalda o a los lados: es la colina la que determina nuestro camino.


Aunque, pensándolo bien, si pudiese en cierta manera definir la escritura sin pasar a través de la propia escritura – sin tener que plegarme a su tiranía – diría que escribir significa tratar de subir y bajar al mismo tiempo la montaña. Ahí radica la impotencia y la tortura.

16 julio 2007

Onanismos

El 12 de julio de 2007 Le Tempestaire obtiene la titulación de Doctor en Disciplinas de las Artes por la Universidad de Bologna con una nota de 110

Il 12 luglio 2007 Le Tempestaire si laurea Dottore in Discipline delle Arti all’Università di Bologna con un voto di 110


[E vaffanculo] [Y a tomar por culo]

08 julio 2007

Podría volver

Lamento el abandono. El jueves presento la tesis: a partir de entonces estaré de vuelta a Xanaz y listo para todo.

25 junio 2007

A fin do mundo

Estamos preparando a revolución...




23 junio 2007

Marra

Meu tío, que leva traballando nisto da imaxe toda a vida e ultimamente amañou un traballo n' El País, postea dende hai unhas semanas textos e fotos moito máis fermosos cós meus. Sinto que esta publicidade se limite ós meus catro ou cinco lectores, mais éche o que hai. Pasen por aquí, e disfruten.



22 junio 2007

Pasolini

Pier Paolo Pasolini murió hace casi treinta y dos años, de noche, asesinado, en un aparcamiento polvoriento de Ostia, no lejos de la ciudad de Roma. Se fue, como el último de los Buendía, ocupado en profetizar su propia muerte. Aunque antes o después publicaremos un especial de 48 posts sobre el más bello de los hombres, me apetece recordarlo en dos destellos.

Uno es el recuerdo de un párrafo de una mediocre entrevista a Bernardo Bertolucci que leí por casualidad hace unos meses. Bertolucci cuenta como una madrugada llamó a la puerta de su padre –el poeta Attilio Bertolucci, amigo y vecino de Pasolini- un hombrecillo de mirada febril, vestido con un traje oscuro y la compostura de un campesino, que visiblemente alterado quería discutir con el poeta sobre ciertos versos. El joven Bernardo tuvo el tiempo de cerrar la puerta con llave en las narices de un Pasolini atónito, antes de llamar a la policía.

Mi segundo recuerdo va a esa estrofa embrujada que encabezó el antecesor de este blog durante los meses que duró el experimento. Son los únicos versos que, sin pretenderlo, han quedado grabados a fuego en mi memoria, y así los transcribo y los traduzco.

Schiuma benché più fervida,
anzi felice,
questo fermento di tanta vita perduta
e troppo bella se ritrovata qui,
fuggevolmente e disperatamente,
in una terra che è solo visione.

Espuma aunque más ferviente,
feliz incluso,
este fermento de tanta vida perdida,
demasiado hermosa al hallarla aquí,
fugaz y desesperadamente,
en una tierra que es sólo visión.

Pier Paolo Pasolini (1922-1975). La religione del mio tempo.

17 junio 2007

De viaxe

Ás veces as cousas son tan fermosas que abonda con saca-la maquina fotográfica pola xanela do tren e deixar que o mundo fale.










































En tren, unha mañá cedo, dende Bologna a Torino, cos Alpes ó fondo.

En obras

Hemos hecho unos pequeños cambios en el formato del blog, intentando mejorar la (permítasenos ponernos estupendos) legibilidad. Asimismo, hemos intentado averiguar cómo conseguir aumentar nuestro número diario de visitantes: importunar a conocidos y desconocidos, informándoles de nuestra existencia, parece la única opción.

Anteayer mi padre, un poco azorado, me contó que había seguido mis huellas por el ciberespacio, informado por mi hermano de pasadas iniciativas. Llegó tarde, y aunque siempre me enternece este orgullo paterno mal disimulado, no me decidí a hablarle de Xanaz. No estoy seguro de querer tener a mis padres por lectores.

Afuera está despejado, llovizna y sopla el viento, todo al mismo tiempo. A través de la ventana se ven las minúsculas gotas de agua iluminadas por el sol que vuelan desquiciadas, empujadas por el aire: hacia arriba y hacia abajo, hacia arriba y hacia abajo.

15 junio 2007

Bonnie Prince Billy

Últimamente encuentro hasta en la sopa el nombre de Will Oldham, que sin que yo me enterase lleva siendo un profeta de la escena indie desde mediados de los noventa. Lo descubro con The Letting Go, el último disco de Bonnie Prince Billy, una de sus múltiples encarnaciones. El disco es hermoso y desigual: a ratos aburre, pero en algunas canciones tienes la nítida impresión de Nick Drake sigue vivo, se ha echado novi@ y es finalmente feliz.

13 junio 2007

Bodas

Leo en la portada del imprescindible semanario Mujer Hoy, distribuido por La Voz: Qué debes preguntarle antes de casarte. Test prematrimonial. El artículo incluye un utilísimo estudio, elaborado por un grupo de expertos, que nos indica las cuestiones imprescindibles a resolver antes de pasar por la vicaría. El punto doce de la lista - ¿queremos tener una televisión en el dormitorio?- me lo apunto en el diario que conservo bajo la almohada. Podría resultar útil en un futuro.

12 junio 2007

Tacita Dean

La semana pasada acabó la personal en el Guggenheim de Nueva York de mi amadísima Tacita Dean; Dios sabe si no hubiese sacrificado un par de dedos de mi pie izquierdo por poder visitarla. Asimismo, informamos a eventuales lectores madrileños de que la exposición colectiva Sobre la historia, abierta hasta finales de mes en la Fundación Santander, incluye una obra de la artista.

Los demás mortales tendremos que contentarnos con seguir hojeando la lujuriosa monografía dedicada a Tacita Dean por Phaidon. Por desgracia, cuesta una pequeña fortuna y está editada sólo en inglés. Nos comprometemos a hacer frente a la cuestión con un futuro especial de 37 posts sobre la artista.


Cecilia

Cecilia es la hija de uno de mis compañeros de trabajo. Cuando nació, hace ya cinco meses, anuncié que sería la niña más guapa del mundo, y el tiempo me está dando la razón. Nadie es perfecto, y los padres de Cecilia han decidido bautizarla. Durante la ceremonia me coloco en la última fila, me levanto y me siento cuando toca, me acuerdo todo el rato de Moretti: ¿se nota más si vengo y me quedo al margen o si no vengo?.

No pinto nada en la comida familiar, así que quedo otro día con ellos, en el parque, para darles los regalos. El libro ilustrado de nanas para neonatos pasa bastante desapercibido, pero a Cecilia le encanta el muñeco. Es un oso marrón, bastante rétro y un poco tristre, con un ojo más grande que el otro. Hace ruido cuando lo mueves y tiene unas patas largas que se balancean. Cecilia empieza a reir apenas lo ve y lanza grititos entusiasmada.


La cojo en brazos. Con la mano izquierda sostengo la niña contra el pecho, con la derecha muevo el juguete. Cecilia me mira, mira el muñeco, ríe continuamente y agita los brazos. Al rato se calma, deja de moverse y apoya mecánicamente la mano derecha en mi hombro, intentando acomodarse. La niña ignora el estupor extasiado que el gesto despierta.

09 junio 2007

Despedidas y saludos

En aquellos días desquiciados no sabía si tendría el tiempo de pasar a despedirme de las salas de la Cineteca. El lunes por la noche proyectaban Andrej Rublev, pero el día siguiente, a las seis de la mañana, me tocaba coger un tren para Turín por motivos de trabajo. Cuando la vi en el programa de este mes me sentí extraña, turbadamente agasajado: un desconocido que te guiña un ojo de repente, sin que estés seguro de que el guiño sea realmente para ti.

No podría jurar que Andrej Rublev fuese la primera película que vi en Bologna, en el octubre de 2004, pero es, en cualquier caso, la primera que recuerdo. Sentado siempre en la misma butaca de la sala grande –empezando a contar por el fondo e ignorando las dos últimas filas, ligeramente más estrechas, la segunda fila, el segundo asiento empezando por la derecha- he pasado los últimos tres años. Esa primera vez me enamoré del sitio, del film e, irremediablemente, del cine de Andrej Tarkovskij: meses más tarde cogí un tren hasta Suiza para visitar una pequeña exposición de sus polaroids.

Si pienso en las quince o veinte películas que más han cambiado mi manera de ver el mundo (literalmente: el modo en que a través de la vista doy un sentido a lo que me rodea) me doy cuenta de que más de la mitad las he descubierto en la oscuridad de estas dos salas de butacas rojas, perennemente semivacías. Me acuerdo de cada una de esas películas y de cada unos de esos días, y me entristezco. Pienso en todas aquéllas señaladas religiosamente al inicio del mes con un rotulador en el programa con olor a papel recién salido de la imprenta, pero ignoradas (pereza, esencialmente) al final, y me entristezco más aún.

A las nueve y cuarto de la noche del lunes 28 de mayo, sin pensarlo, cogí una chaqueta y me planté en la Cineteca. Tres horas de mi tiempo parecían un precio justo para reconciliarme con el mundo.


08 junio 2007

Odisea


1

El domingo al mediodía, después de tres días de parranda en Barcelona, escribo una nota para Berta, que duerme la mona en la otra habitación: me voy a turistear, escribo, quedamos luego para comer y despedirnos. Pequeño control antes de salir de casa: falta el DNI. Don´t panic, lo tendrás por alguna parte, no la despiertes para esto.

Busco y no aparece, así que don´t panic, pero empieza a despertarla y que te busque en Internet los números del aeropuerto, del forum, de la policía nacional, los mossos, la guardia suiza. En el servicio telefónico de AENA una serie de voces electrónicas se dedican a sedarme hasta que una señora en carne y hueso (más carne que hueso, me parece intuir) me sacude: pos’ sin Dni va’star jodiíllo pa’ subir al avión, majete.

Don´t panic, pero cuan potro con petardo en el culo vuela hasta el forum mientras sigues intentando movilizar Barcelona un domingo a mediodía. Cinco paradas y dos conversaciones con jefes de estación de metro más tarde llego al Forum. Parece una playa enfrente a la cual naufragó un barco la noche anterior: escombros y mierda por todas partes, una guardia jurado vigilando que nadie se lleve los restos del desastre. La producción está comiendo, y cuando la producción come no se la molesta, me explica, vuelva a las cuatro.

Las cinco paradas de metro de vuelta se me hacen más cortas, ocupado como estoy en defecar sobre los ancestros venerables de la producción, la guardia jurado y la virgen de Montserrat. Alguno de mis nuevos amigos telefónicos (un policía de Terrasa, me parece) me sugiere que lo intente con una fotocopia del Dni enviada por fax. Mientras mi madre rebusca en los cajones –don’t panic, mom- cojo las mochilas en casa de Berta, me despido con un beso de tornillo en medio de la confusión e inicio un trote ligero –hop, hop, hop- hacia la Estació del Nord. Obviamente entro por abajo mientras las taquillas están arriba, hago jurar al busero que me espera, subo y compro el billete para el aeropuerto. Arrancamos.



2

Tras una hora y media con los dientes que castañean por el aire acondicionado llegamos al aeropuerto de Girona. Me dirijo al mostrador de Ryanair ensayando mi mejor sonrisa de chico bobo pero de buen corazón. Me atiende una chica joven y suramericana, muy amable, que me torea con gran desenvoltura; me pongo pesado y se ofrece a llamar al responsable. Me digo que es la primera vez que hablo con un responsable de algo, y me siento importante, como los viajeros airados que lideran las revueltas durante las huelgas de Agosto en Barajas.

La responsable es aún más joven, pero española. Mentalmente la bautizo como Mendy (una improbable Mendy catalana) ojos-de-hielo. Apenas la veo se me cae el alma al suelo y comprendo que no cogeré ese avión. Me sabe mal, repite todo el tiempo, si al menos tuvieses el pasaporte. Si lo tuviese estaría en la cola de embarque y no aquí, cacho zorra, pienso (a estas alturas mi cerebro ha clasificado como fútil toda sutileza mental). Ciertas cosas no pueden decirse a un responsable, así que callo y asiento.

Don´t panic (not too much). Con la mano izquierda compro el billete de vuelta a Barcelona, con la derecha llamo a Berta y le pido que me mire horarios de buses y trenes, y agitando la pierna izquierda llamo la atención de un par de Mossos que se pasean por el aeropuerto. Hago la correspondiente denuncia, en castellano y catalán, y armado con una copia color salmón cojo el bus y vuelvo a Barcelona.


3

Llego a la Estaciò Nord. El único autobús para Italia del día ha salido hace veinte minutos. Respiro hondo, gasto el último viaje de mi abono de metro en acercarme hasta França y pruebo suerte con el tren nocturno. Quedan billetes, me informa la señorita. Pero, puntualiza cuando me dispongo a abalanzarme sobre ella jurando amor eterno, sólo en cabina doble especial. Pregunto el precio. Cuesta algo más que los billetes de avión ida y vuelta a Barcelona que había comprado con sólo una semana de antelación. Sopeso las alternativas, caigo en la cuenta de que no hay alternativas, compro el billete. El desayuno cinco estrellas está incluido en el precio, añade, pero la llama que había encendido en mi corazón parece apagada para siempre.

Me como un bocadillo, primer alimento ingerido desde la noche anterior, y a las 20:15 de la tarde del domingo me instaló en mi cabina doble. Aceptan mi copia de la denuncia como única documentación, el tren arranca, sale de la estación y se aleja de Barcelona, camino de la frontera.

Durante la noche, tratando de dormir, noto que el tren permanece parado más de lo normal. No le doy importancia y me entrego a un sueño vehemente, cargado de pesadillas. Me levanto a las ocho, en una hora deberíamos llegar a Milán. Camino del vagón-restaurante observo que el móvil está conectado aún a una compañía francesa. Me siento, el camarero me informa de que se rompió la locomotora en Francia, hemos acumulado un retraso de cuatro horas, que han conseguido reducir a dos y media. Pierdo el avión, pienso, y el desayuno cinco estrellas se queda en algún lugar entre mi traquea y la boca del estómago.


4

Esta historia podría proseguir aún durante algunas páginas. Un retraso final de dos horas en Milán, una carrera desesperada hasta las taquillas, un tren para Bologna cogido por los pelos. Llegar a casa, con cincuenta minutos de margen para distribuir tres años de vida en dos maletas y dos mochilas: la mitad para llevarse, la mitad para recoger en Julio. Más carreras, un autobús al aeropuerto, el viejo y escuálido truco de esconder la mochila con 20 kilos durante el check-in para luego subirla como equipaje de mano.

Un paréntesis tragicómico: una familia que intenta superar los controles de seguridad con una bolsa que contiene una garrafa con cinco litros de aceite de oliva, una botella de whisky de 12 años, un juego de cuchillos de sierra, un bote de lejía. Despegue, aterrizaje, repetir escuálida operación. Cuatro horas en Barajas, más bocadillos. Despegue, aterrizaje, taxi.

Esta historia acaba, a la una y media de la mañana de la madrugada de lunes a martes, en una plaza de la zona nueva de Santiago, tras 36 horas de viaje, tres autobuses, dos trenes, dos aviones, un taxi, una cantidad indeterminada de bocadillos y ninguna ducha. Podríamos considerarlo un final feliz.


19 mayo 2007

Giardini di Mirò

Hace unos ya unos meses que salió a la venta en Italia Dividing Opinions, el nuevo disco de Giardini di Miró. Con tantos recopilatorios, EP’s y discos de remezclas es un poco difícil seguir la cuenta, pero éste debería ser el tercer LP de la banda emiliana. Suena bien, aunque al principio resulta un poco extraño que paren el crono a los cuatro minutos en casi todos los cortes. Es imposible no añorar, a ratos, las cadencias extralarge de Rise and Fall of Academic Drifting, el monumental disco del 2001, y su perder y reencontrar la melodía entre continuos cambios de ritmo.

Dividing Opinions es un disco que recupera un formato de canciones más tradicional. Nada nuevo que el postrock, empezando por los Mogwai de Mr. Beast, trate de salir del ghetto autoreferencial de melodías épicas de nueve minutos. No todos son capaces, sin embargo, de sacarse de la manga un disco compacto y sugerente como éste, y un single, Broken by, que está entre lo más inmediato y emocionante que Giardini di Miró hayan hecho hasta ahora. No todos pueden afrontar con la misma dignidad la búsqueda de nuevas formas, el tratar de sonar al mismo tiempo distintos e iguales que antaño. No todos tienen la voluntad transparente y honesta de extraer belleza de un amasijo de guitarras, voces, violines y trompetas, baterias y pianos.

Y, qué co[alt164]o, son de aquí (pronto allí) y esta noche tocan en Bologna. Allí estaremos.

18 mayo 2007

Eric Rohmer

Stasera in RaiTre programma speciale Le Stagioni di Eric Rohmer: Racconto d’inverno e Racconto di autunno. Dovrei lavorare per la mia tesi e poi andare a letto per alzarmi presto la mattina ma non ho mai visto nessuno dei due film.

Se dovessimo salvare dal rogo l’opera di un solo cineasta sceglierei sicuramente la sua. Per far vedere ai nipoti dei nostri nipoti quanto siamo fragili e quanto possiamo essere stupidi e incoerenti, e inaspettatamente generosi il momento dopo; per far capire quanto siamo complessi e semplici allo stesso modo; per mostrare cos’è il piacere di inventare storie e come questo raccontarsi le vicende di personaggi di finzione che sembrerebbero molto diversi da noi può finire per incrociare delicatamente la nostra vita e, in alcuni casi, farci diventare un po’ più saggi, un po’ più felici, un po’ migliori.



Rohmer ha girato gran parte della sua opera con altre tre o quattro persone per gli aspetti tecnici e un gruppo di attori con cui prova e riprova prima di girare. Credo che il suo sia il modello più alto cui guardare per far diventare il cinema qualcosa di diverso di ciò che in cui si è trasformato, tenendoci fermo però quel che è sempre stato.

Mi dispiace, mi dispiace davvero, perché so che non riesco a trasmettere l’amore per certe cose che credo potrebbero piacere anche voi, che credo farebbero bene anche a voi. Vi chiederei allora un po’ di fede. Guardatevi questa sera uno dei racconti di Rohmer, oppure cercate più avanti alcuno dei suoi film: La collezionista/La coleccionista, La marchesa von O./La Marquesa de O., Racconto d’estate/Cuento de verano, non importa da dove cominciate se date a Rohmer un’opportunità al meno. La merita.

15 mayo 2007








































































Jenny Holzer. Panchina. 2001. Collezione Peggy Guggenheim, Venezia.

L'Altra

Descubres algo y no entiendes cómo demonios no tropezaste antes con ello, curioseando por internet o en una tienda de discos. Tiene que encargarse un programa de tarde de una emisora independiente local de enseñarte a qué podría sonar Van Morrison si no llevase treinta años con el piloto automático.

L’Altra es un proyecto de una pareja de músicos y compositores americanos, que tras la ruptura de siete años de relación sentimental deciden emprender una aventura musical conjunta. Hacen algo que, poniéndonos estupendos, podríamos definir como post-indie-folkpop. A caballo entre milenios han publicado tres discos prodigiosos, de armonías vocales y melodías dulces, meláncolicas, soñolientas, que me he bajado comprado seguidos, casi sin respirar. En realidad no encontraréis por ningún lado los arrebatos vocales y el alma soul del genio de Belfast, pero en algunas canciones irrumpe inesperadamente una trompeta o un saxo, se lleva la melodía por senderos imprevistos y te deja pensando en Astral Weeks o Veedon Fleece. Y eso, ladies 'n gentlemen, son palabras mayores.



14 mayo 2007

Terroristo

Después del revuelo de estos últimos días he decidido que, si alguna vez reconocen mi derecho al voto en este país en el que moro desde hace tres años, lo ejerceré por primera vez en mi vida para elegir a mi representante en el parlamento. Todo queda en un plano bastante utópico, claro. La único que se anuncia en un futuro no demasiado lejano es la extensión del voto a los inmigrantes en las elecciones municipales, y ahí estoy con las manos atadas: reelegir un alcalde que permite que personas y animales defequen a diario en mi calle o votar el candidato de una coalición entre neofascistas, clericales y el partido de Silvio Berlusconi?

Una vez que aprehendo que una coalición progresistas y laica ocuparía en la actualidad entre un quince y un treinta por ciento del parlamento (los cálculos dependen de si contamos al viejo partido comunista, actualmente en proceso de fusión con la asociación pro-cilicio) decido que, ya puestos a hacer algo inútil, daré mi voto al Partido Radical. Razones sentimentales, supongo, o la consolación de que son los únicos que cuando hablan no me hacen abochornar de mi doble condición de ciudadano occidental y residente en Italia.


No descarto cambiar de idea si descubro entre las listas electorales un Partido Anticlerical o un Movimiento para la Prohibición del Bautismo a los Menores de Edad (MPBME: con esta sigla el éxito está asegurado). Un voto sanguíneo, irracional, guiado por el mismo instinto primario que mueve a los electores del Frente Nacional, la Lega Nord o el PNV, pero con la sana intención de nivelar un poco la balanza en esta inigualable comedia humana que es la vida política italiana.

Portada de Il Manifesto. 12/05/07.
Family Day.
- Habrà un montòn de curas.
- Igual es mejor si dejamos a los niños en casa.

10 mayo 2007

(Paréntesis)

Imaginad un niño incapaz de enlazar dos notas seguidas con una flauta en mitad de una clase de música, con una monja que marca sin piedad el ritmo de la cancioncilla golpeando un afilalapices contra la esquina de la mesa. Cada vez que alguien desafina y rompe la armonía, la monja grita y examina uno a uno el grupo hasta encontrar el culpable. Tantos errores, tantos negativos, tantas cancioncillas que recuperar fuera del horario de clase.

Afortunadamente, una historia con tan trágicos mimbres tiene un final feliz. Los niños que deben recuperar negativos son muchos, se avanza por orden alfabético, y al llegar la hora de la merienda la monja interrumpe la sesión y aprueba a todos. Es poco probable que un chico cuyo apellido empieza por P tenga que sufrir el trámite humillante de soplar por un tubo de plástico con agujeros tratando de construir una melodía.<

Esto sólo para daros una idea del exquisito oído musical del que aquí escribe, y la credibilidad de sus recomendaciones al respecto. Su única credencial es la constatación práctica de que, en ciertos días grises, algunos sonidos –pongamos Otis Redding aullando a la luna- ayudan más de lo que perjudican. No es gran cosa, lo sé, así que ustedes verán.

09 mayo 2007

Quiebro

Miércoles por la mañana. Consulto por internet la prensa española después de algunos días desconectado. Leo lo de la Pantoja. Leo lo de la conducción, el alcohol y el expresidente. Me precipito al teléfono. La operadora de la compañía low cost me dice que no se pueden cambiar los billetes. Y en cualquier caso, me informa, ellos no vuelan a Tombuctù.


08 mayo 2007

Soleá

El viernes voy a hablar con el profesor que sigue mi tesis. Después de hacerle firmar unos papeles, le pregunto tímidamente si ha tenido tiempo de leer la parte que le entregué hace unas semanas. No, responde úfano, ha aprovechado unos días libres para ir a la playa.

Llego al trabajo el lunes. El gran portón de madera del edificio está por primera vez entreabierto, la puerta parece forzada. Me dicen que la noche del sábado hubo una falsa alarma de incendio, los de la agencia de seguridad entraron para controlar. Al salir, arrimaron un poco el portón y se fueron a dormir. Me comentan discretamente que lo de las falsas alarmas es una práctica habitual de las empresas de seguridad para justificar la renovación del contrato.

El martes por la mañana entrego los papeles para la presentación de la tesis. De vuelta al trabajo me olvidó en el autobús la carpeta con los resguardos. Por pura casualidad tengo el número de la empresa de buses urbanos en el móvil, así que llamo apenas me doy cuenta del despiste para saber qué puedo hacer para recuperar los papeles. Corra, me responde cordialmente la operadora, porque o se los roban o se los dan al conductor, y éste seguro que los tira.

Martes al mediodía. Llamo catorce veces a la compañía aérea, confirmo la fecha mi vuelo de finales de mes a seis operadoras distintas, compro por si acaso billetes también para el día siguiente, y, algo más tranquilo, me pongo a trabajar.

04 mayo 2007

Milán (y III): Maggie Cardelús

Salgo a la calle tras siete horas consultando microfilms en una biblioteca universitaria desierta; sin que me diese cuenta el cielo se ha vuelto negro y amenaza tormenta. Antes de coger el tren de vuelta a Bologna, y a pesar de las tres exposiciones del día anterior, me concedo una última visita a una de las pocas galerías abiertas el puente.

Después de media hora la encuentro, escondida al interno de un viejo palazzo. Descubro que los lunes abren sólo con cita previa, pero se apiadan de mí y me dejan entrar. Fuera estalla la tormenta y caen del cielo gotas grandes como guijarros.

Maggie Cardelùs trabaja normalmente recortando imágenes fotográficas de su archivo personal y recomponiendolas en estructuras tridimensionales. Esta vez, sin embargo, la obra que presenta en la galería es una instalación: 18.000 fotografías hechas durante los diez años de vida de Zoo, proyectadas a doce imágenes por segundo, en un orden semialeatorio, respetando la secuencia al interno de cada rollo de película pero alterando la sucesión cronológica de éstos.

Podría parecer un experimento gratuito y puéril, pero en esa habitación vacía y en penumbra, solo frente a un literal bombardeo de imágenes, la sexta sinfonía de fondo en una versión extrema e irreconocible que mima el lamento doloroso del paso del tiempo, uno roza verdaderamente un pedazo de vida sin poder aferrarla, se ve empujado continuamente dentro y fuera de un torbellino de visiones íntimas e impalpables.

Un gato entra por la puerta, mojado, asustado por la tormenta. Mientras las imágenes se deslizan por la pantalla se restriega contra mi pierna, una, dos veces, gira y se va.

03 mayo 2007

Milán (II)

Que mis últimas visitas a Roma y Milán hayan coincidido con dos exposiciones italianas de Paul Klee es un pequeño resarcimiento de los dioses por un año de mierda. Sólo en Picasso y Klee, de entre todos los protagonistas de las vanguardias históricas, reencuentro una y otra vez, en formas siempre nuevas, el afán por la compresión y el placer de la invención. Incluso las obras de los periodos más oscuros de la vida de Klee –años de guerra, enfermedad, exclusión- desprenden una dulzura quimérica, una forma alta y noble de empatía.


Creo que los niños reaccionan mucho más naturalmente a ciertas propuestas del arte del último siglo, libres de prejuicios e impulsados únicamente por un innato espíritu lúdico. En Roma, estas Navidades, mientras visitaba la exposición de Klee en la Fondazione Memmo, coincidí con un grupo de críos ingleses de siete u ocho años, acompañados por dos maestras y una guía del museo. Se movían despacio, escuchaban primero en silencio, se atropellaban después para responder, miraban los cuadros con ojos grandes como platos. Si estabas verdaderamente atento podías oír un murmullo que salía de la boca de los payasos, de los ogros, y de los animales fantásticos diseñados por Klee y llegaba hasta el oído de algunos de los niños. Pero, por mucho que te esforzases, era imposible entender sus palabras.