09 junio 2007

Despedidas y saludos

En aquellos días desquiciados no sabía si tendría el tiempo de pasar a despedirme de las salas de la Cineteca. El lunes por la noche proyectaban Andrej Rublev, pero el día siguiente, a las seis de la mañana, me tocaba coger un tren para Turín por motivos de trabajo. Cuando la vi en el programa de este mes me sentí extraña, turbadamente agasajado: un desconocido que te guiña un ojo de repente, sin que estés seguro de que el guiño sea realmente para ti.

No podría jurar que Andrej Rublev fuese la primera película que vi en Bologna, en el octubre de 2004, pero es, en cualquier caso, la primera que recuerdo. Sentado siempre en la misma butaca de la sala grande –empezando a contar por el fondo e ignorando las dos últimas filas, ligeramente más estrechas, la segunda fila, el segundo asiento empezando por la derecha- he pasado los últimos tres años. Esa primera vez me enamoré del sitio, del film e, irremediablemente, del cine de Andrej Tarkovskij: meses más tarde cogí un tren hasta Suiza para visitar una pequeña exposición de sus polaroids.

Si pienso en las quince o veinte películas que más han cambiado mi manera de ver el mundo (literalmente: el modo en que a través de la vista doy un sentido a lo que me rodea) me doy cuenta de que más de la mitad las he descubierto en la oscuridad de estas dos salas de butacas rojas, perennemente semivacías. Me acuerdo de cada una de esas películas y de cada unos de esos días, y me entristezco. Pienso en todas aquéllas señaladas religiosamente al inicio del mes con un rotulador en el programa con olor a papel recién salido de la imprenta, pero ignoradas (pereza, esencialmente) al final, y me entristezco más aún.

A las nueve y cuarto de la noche del lunes 28 de mayo, sin pensarlo, cogí una chaqueta y me planté en la Cineteca. Tres horas de mi tiempo parecían un precio justo para reconciliarme con el mundo.


1 comentario:

Anónimo dijo...

Se sobrevive. Ni te das cuenta de como pero acabas sobreviviendo. Es más, acabas preguntándote si alguna vez estuviste allí.

Gracias por la visita :-)