24 enero 2009

... y cien

Así es. Este blog, que pronto cumplirá dos añitos de existencia, ha llegado trabajosamente hasta su post número cien. No ha sido fácil, con esos largos paréntesis de desidia e inactividad, pero parece que en los tres o cuatro últimos meses, coincidiendo con una cierta reorganización existencial de su autor, Xanaz ha resurgido con fuerza. Atrás quedan venerables ancestros, compañeros de batalla más o menos abandonados, frustrados proyectos paralelos. Seguimos con nuestros cuatro o cinco lectores fieles (sí, me incluyo para inflar las estadísticas) y con una serie de visitantes puntuales, internautas descarriados en busca de las cosas más peregrinas. No importa: como ya he explicado alguna vez, Xanaz no pretende ir más allá del placer onanístico predominante en la web 2.0.

Seguiremos dando guerra por aquí y, temo, empleando este horroroso, engolado, burocrático plural mayestático. Me parece increíble que en estos años no haya escrito aún los posts que en su momento me llevaron a crear este espacio, que no haya hablado aún sobre las cosas que quería compartir: Stefano Ricci y Come back Africa, Jannis Kounellis, viejas películas familiares, anécdotas absurdas sobre Howard Hawks, Il Grido, cielos raros y personas comunes, conciertos, Nan Goldin, viajes, Hong Sang Soo, (aún más) miserias varias. En las próximas semanas intentaré terminar la serie iniciada tiempo atrás sobre el western; reflexionar sobre Zoe Leonard, Wolfgang Tillmans, Bacon, la fotografía, el cine; desahogarme por fin a propósito de las miserias del espectador de Cineuropa, recomendar algunas películas; hablarles sobre las sombras de chimeneas que se dibujan enfrente de mi ventana los domingos por la mañana, mientras escribo; saquear la memoria y el pasado, proyectar el futuro.

Gracias por sus visitas.

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