03 abril 2009

El poeta y el folio en blanco

He pasado los últimos cuatro días batallando. Con palabras, ideas e imágenes de otros, primero; con mis propias ideas después y, en fin, de nuevo, con las palabras, mis palabras. Esta última batalla es siempre la más difícil y frustrante; no es la primera vez que habló aquí del insufrible tormento que me supone en ocasiones encontrar la frase exacta, el verbo adecuado, la forma correcta.

Terminado el suplicio, decidí dedicar un par de horas a una búsqueda bibliográfica para el siguiente trabajo. Y así, al abrir la primera de las publicaciones que me había llevado hasta la mesa de la biblioteca, topé de bruces con aquel milagro. Las palabras discurrían con fluidez, construían la idea con naturalidad. El estupor se transformó en renovada admiración (y un cierto alivio; quizás no todos estamos llamados a escribir así) al llegar al final del texto y comprobar que su autor era el poeta Angel González.

El pánico de la hoja en blanco, según Wolfganf (ay) Tillmans (Paper Drop)


Les dejó un fragmento. Verán que no es tanto lo que se dice sino la facilidad pasmosa con la que se escribe.
"Escribo de memoria, sin los cuadros delante. Los de Juan Navarro los recuerdas vivamente, y no por chocantes, sino por ser ellos vivísimo recuerdo de un lugar; hechos, pues, para hacerse recuerdo y enseñarnos así a recordar. Hacen presa en ti, como decía Duchamp de los de Matisse. Actúan sin ser vistos, en lo invisible.

No hay cuadro tan malo que no ilumine por un instante el mundo. Los hay incluso cuya luz dura mientras los miras. Pero no es cosa de pasarse la vida delante de ellos, como tampoco lo sería pasarla y comunicarla entre libros o músicas. La omnipresencia del arte en este mundo nuestro no lo hace más habitable, sino sólo más amueblado y tal vez por eso mejor defendido del poder de las tinieblas. El alumbrado público o la pantalla de televisión no prestan peores servicios. Y si los aficionados al arte se han vuelto tan tercos como los adictos a la televisión y no muy distintos de ellos, debe ser porque la mayoría de esas obras de arte no pueden dejar de ser vistas sin que las tinieblas se les revuelvan."

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