20 abril 2009

Asesino en serie

Para Kafavis estoy yo! Un poco líado ando estos días, a Dios gracias. Le robo dos minutos a cosas más urgentes para pedirles que me coloquen ya en marcadores uno de nuestros blogs de referencia (vale, mi blog de referencia) en el proceloso mundo de la ficción televisiva. Damos por supuesto que comparten la idea de que la otrora caja tonta se ha convertido en el refugio de algunas de las narraciones audiovisuales más inteligentes, bizarras, pregnantes y gozosas de nuestra actual cultura popular.

Alberto Rey aborda el tema como debe ser, con mala leche e ironía, con golosa y culpable perversión, con un criterio inevitablemente personal e impecablemente argumentado. Más allá de posibles sintonías entre filias y fobias, es bueno tener una voz con criterio a la que aferrarse entre tanta serie de culto y tanto fan de Prision Break. Aprovechamos, aún fans de Rohmer como somos, para suscribir alegremente uno de sus últimos posts.
"Desde luego, no seré yo quien defienda una televisión a ritmo de película de Rohmer, nada más lejos de mi intención. Pero tampoco me interesa un medio en el que todo es de colores saturados y que se mueve en fast forward. Yo también veo la televisión para desconectar y dejarme engañar por una fantasía, pero me niego a que esa desconexión sea tan sencilla (y tan patética) como la de un rebaño de vacas hipnotizadas por el paso de un montón de ciclistas vestidos con maillots fluorescentes. Una cosa es ver la televisión para no pensar en los problemas cotidianos, y otra muy distinta es verla para no pensar, a secas."

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