27 octubre 2008

Un domingo cualquiera

El domingo por la mañana me acerqué un rato a la Carrera Popular de Santiago. Apostado en una esquina de la zona vieja, en el tramo final del recorrido, vi pasar a los corredores con una mezcla de envidia y entusiasmo, jugando a adivinar con qué grupo habría llegado si una inoportuna sobrecarga muscular no hubiese frustrado mi participación.

Por la tarde fui a ver la versión de La buena persona de Sezuán de Brecht por parte del Centro Dramático Galego. Hace tiempo, en Bologna, intenté abrirme al mundo del teatro y a sus manifestaciones más o menos vanguardistas a base de abonos de temporada con descuento de estudiante. Debo de tener un problema con el teatro en general, porque casi toda la programación me dejó en su momento indiferente.


El montaje de Brecht estaba bien resuelto, con un buen reparto y con iluminación y escenografía más que trabajadas. La introducción de números musicales y toques cómicos y un aceptable sentido del ritmo hicieron que no resultase pesada a pesar de los 175 minutos de duración, sino más bien entretenida. Sin embargo, si lo máximo a lo que podemos aspirar hoy en día de una representación del teatro más supuestamente antiburgués y vanguardista del siglo XX es que sea entretenida, lo siento, yo me bajo del barco.


Si queréis juzgar por vosotros mismos, aquí podéis encontrar información sobre la obra y las futuras fechas de representación por toda Galicia.

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